Pero tiene que ser.

Dejar de fumar es un viaje, no una carrera. No tiene que ser hoy, pero cuanto antes empieces a prepararte, mejor. Porque dejar el tabaco no es solo apagar un cigarrillo y decir “basta”; es un proceso que, tarde o temprano, acabará sucediendo si te lo propones. No se trata de una decisión perfecta ni de esperar el momento ideal, sino de dar el primer paso, aunque sea pequeño, hacia una vida libre de humo.

Estar preparado significa, en primer lugar, entender por qué fumamos. ¿Es el estrés lo que nos lleva a encender un cigarrillo? ¿Es la costumbre, ese gesto automático que repetimos sin pensar? ¿O tal vez es la búsqueda de un momento de placer, aunque sea efímero? Identificar esos motivos es el primer paso para desarmar el hábito. No se trata de juzgarnos, sino de observarnos con honestidad y compasión. Solo así podremos encontrar las herramientas adecuadas para sustituir lo que el tabaco nos ofrece, o al menos lo que creemos que nos ofrece.

Estar preparado también implica buscar alternativas. No estamos solos en este proceso. Existen técnicas de relajación que pueden ayudarnos a manejar el estrés, como la meditación, el yoga o simplemente respirar profundamente. También hay apoyo emocional, ya sea a través de amigos, familiares o grupos de personas que están pasando por lo mismo. Y, por supuesto, están las herramientas prácticas, como la citisina, las terapias sustitutivas de nicotina o incluso aplicaciones que nos guían día a día. No se trata de sufrir, sino de encontrar un camino que funcione para cada uno, porque no hay una fórmula única para todos.

Además, estar preparado es reconocer que no necesitas tener todo bajo control para empezar. No hace falta que todo en tu vida esté perfectamente alineado ni que te sientas invencible. Basta con tener la intención y estar abierto a probar, a equivocarte, a aprender. Dejar de fumar no es un proceso lineal; es un camino con altibajos, pero lo importante es seguir avanzando. Cuanto antes empieces, más cerca estarás de lograrlo.

Dejar de fumar no es solo una decisión física, sino mental y emocional. Es un acto de amor propio, de respeto hacia uno mismo y hacia la vida. Es reconocer que merecemos respirar aire puro, que merecemos sentirnos libres de una adicción que nos limita. Y para llegar a ese punto, no hace falta esperar a estar “perfectamente preparado”; basta con estar preparado, con tener la voluntad de intentarlo y la flexibilidad de adaptarte a lo que vaya surgiendo.

Así que no tiene que ser hoy, pero cuanto antes empieces, mejor. Hoy puedes investigar, buscar recursos, hablar con alguien de confianza o simplemente reflexionar sobre lo que significa para ti dejar de fumar. Porque cuando llegue el momento, estarás listo para dar ese paso, sabiendo que no estás solo, que hay recursos, que hay esperanza, y que, al final, valdrá la pena.

Porque dejar de fumar no es solo apagar un cigarrillo; es encender una nueva forma de vivir. Y eso, sin duda, merece que empieces hoy, aunque no tenga que ser hoy.

Lo quiero

Categories:

Updated: