Instrucciones y recomendaciones.
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Dejar de fumar no es magia, pero hay métodos que pueden hacer el proceso más llevadero. Se trata de sustituir el tabaco por hierbas sin nicotina. No es una solución mágica que elimine la dependencia física de la noche a la mañana, pero sí es una herramienta poderosa para manejar la dependencia psicológica, que a menudo es la más difícil de superar.
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Lo primero es mentalizarte. Si no estás convencido de que quieres dejarlo, si no te sientes preparado, es mejor no intentarlo todavía. Dejar de fumar requiere compromiso, y si no estás listo, será más difícil. Generalmente, no suele ser fácil, pero con el enfoque adecuado, es posible.
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Una vez que te sientas preparado, reserva tres o cuatro días para ti. Estos serán los días más difíciles, los días en los que tu cuerpo notará la falta de nicotina. Lo ideal es que sean días de tranquilidad, con poca socialización y, sobre todo, sin tentaciones. Evita tener nicotina cerca y aléjate de compañías que fumen. Este es tu momento para concentrarte en ti y en tu objetivo.
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A partir de ahora, solo fumarás la mezcla de hierbas. No se trata de fumar más, sino de fumar lo mínimo necesario para calmar la ansiedad. En cada caja hay suficiente mezcla para unos 30 cigarrillos liados, lo que equivale a unos 5 al día durante los primeros tres días. Después, ve reduciendo, lo harás de forma natural ya que la mezcla no contiene sustancia adictiva alguna. Por ejemplo limítate a unos 2 al día durante una semana. Cuantos menos fumes, mejor. Si ves que te puedes quedar corto, asegúrate de tener suficiente mezcla a mano. Si se te acaba y no consigues más, recurre a tu despensa: té, manzanilla, menta, tomillo… cualquier cosa que puedas quemar y fumar. Lo importante es no acercarte a la nicotina, no alimentar al “mono”, porque eso te llevará de vuelta a la casilla de salida.
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Después de tres o cuatro días, notarás que el “mono” va disminuyendo. No importa si reduces o no la cantidad de cigarrillos de hierbas que fumas. Al no tener nicotina, te cansarás pronto de ellos y empezarás a aborrecerlos, igual que al tabaco. Esa es la clave: romper el ciclo de dependencia física y psicológica.
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A la semana, es posible que sientas alguna tentación de volver a la nicotina, pero ahí estará la mezcla de hierbas para ayudarte. No es lo mismo, lo sabemos, pero cumple su función: calma la ansiedad y te recuerda que no necesitas el tabaco para sentirte suficientemenete bien.
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A las dos semanas, la dependencia física habrá desaparecido por completo. Lo que quedará será la dependencia psicológica, pero esta será mucho más fácil de manejar. En este punto, te darás cuenta de que el tabaco y las hierbas son, en el fondo, lo mismo: humo. Y cuando eso ocurra, dejarás ambas cosas definitivamente. Sin embargo, es recomendable mantener la mezcla de hierbas cerca, por si surge. No como una necesidad, sino como un recordatorio de que tienes el control.
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Este método no es milagroso, pero es efectivo. Te ayuda a desintoxicarte de la nicotina mientras mantienes el ritual de fumar, algo que para muchos es una parte importante del proceso.